domingo, 23 de septiembre de 2007

La migraña puede manejarse con tratamientos enfocados a las causas y prevención de episodios


Se han clasificado más de 150 tipos de dolores de cabeza: todos son diferentes y obedecen a distintas causas.
Las cefaleas más habituales son las primarias, que no se relacionan con lesiones y son el problema único o principal.
El dolor de cabeza primario más frecuente es la cefalea de tensión, la cual produce dolor opresivo, moderado, afecta toda la cabeza, es de origen muscular y se debe al estrés, al cansancio, al exceso de trabajo y a las preocupaciones. El más intenso es la cefalea en racimos: un dolor desesperante e intenso que afecta la región de la frente y la órbita del ojo.
La segunda cefalea primaria más habitual es la migraña: un dolor palpitante, que suele afectar a una sola parte de la cabeza, se repite a intervalos y deteriora seriamente la calidad de vida.
Es sobre todo un problema femenino: afecta al 25 por ciento de las mujeres en algún momento de su vida y es de dos a tres veces más frecuente entre la población femenina que en la masculina, debido a los cambios y alteraciones hormonales, tanto naturales como los que son producto del uso de fármacos de este tipo.
Existe una relación directa con la herencia y hoy en día se investigan factores genéticos y moleculares.
La también llamada jaqueca es un tipo de cefalea precedido por síntomas visuales, sensitivos y motores, que duran de 20 a 30 minutos; aparece en forma de ataques recurrentes, suele ir acompañado de náuseas, vómitos y aumento de la sensibilidad al sonido y la luz.
El dolor se produce por un complejo proceso de cierre y apertura secuenciales de las arterias que irrigan el cerebro. En estos mecanismos actúan también una serie de sustancias estrechamente relacionadas con el dolor, como la serotonina, las tiraminas, la dopamina y otros neurotransmisores, que incluso pueden ser modificados por factores externos relacionados con la alimentación.
Las crisis pueden llegar a a ser tan intensas que incapacitan hasta por semanas a los afectados. Su manejo está orientado a eliminar las causas, a prevenir los episodios y a tratar el dolor de manera específica.
El enfoque integral e interdisciplinario, a través de las llamadas clínicas de cefaleas, plantea alternativas que si bien no son la cura, le permiten al afectado mejorar su calidad de vida.
Recursos para prevenir, combatir y paliar la crisis
El estrés bajo control. Tensión nerviosa y ansiedad desencadenan la migraña. Las personas nerviosas, ansiosas y obsesivas son más vulnerables a las cefaleas. El estrés y la fatiga combinados disparan la migraña.
Vigile los trabajos de riesgo. Las profesiones con cambios de turnos favorecen las cefaleas. Hay que intentar que la actividad laboral no desordene la dieta, el descanso y las relaciones. Convienen medidas de relajación.
Evite los fármacos peligrosos. Ciertos fármacos para dolencias como la hipertensión o las cardiopatías pueden precipitar una crisis. Los anticonceptivos orales con estrógenos que también las favorecen.
Modere el alcohol. Cualquier bebida alcohólica puede causar una crisis. Evite el vino tinto.
Seleccione los alimentos. Ciertas comidas y bebidas provocan dolor de cabeza: chocolate, cacao, vainilla, plátano, frutos secos, cítricos, quesos fermentados, nata, embutidos, pescados ahumados, cerveza, café, té y refrescos.
Analgésicos. Estos medicamentos deben ser prescritos y estrictamente controlados por un equipo médico. La automedicación no es recomendable. Estos fármacos pueden generar complicaciones por sobredosificación, como problemas gástricos, renales o hepáticos. También pueden no tener ningún efecto si no se ataca la causa directa del dolor.
RICARDO GONCEBATREPORTAJES EFE


Fuente:

El Tiempo.com

23 de Septiembre de 2007



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