viernes, 19 de octubre de 2007

El barro, aprovecha sus propiedades



El barro constituye un material natural, de variadas procedencias y composiciones minerales, que se ha venido utilizando desde hace miles de años como tratamiento terapéutico y cosmético bajo un denominador común: reponer la actividad normal de los órganos vitales y enaltecer la sencillez de la belleza humana. El barro tiene propiedades refrescantes, antiinflamatorias y cicatrizantes porque está constituido de minerales existentes en el agua y la tierra y porque contiene oligoelementos (componentes químicos indispensables para el crecimiento y ciclos reproductores de plantas, animales y seres humanos). Cuando se evapora el agua de su estructura, el barro se transforma en un elemento libre de contaminación y con las cualidades de tonificar, desinfectar, hidratar, estimular, pulir y depurar la piel.



Así ha sido desde tiempos inmemoriales. Debido a esto es que, antiguamente, era utilizado por griegos, romanos, árabes y otras civilizaciones para el tratamiento curativo de distintas enfermedades. El barro puede proceder de terrenos volcánicos, áreas cercanas a manantiales o lagunas, y del fondo del mar. De este último, el barro más reconocido es el que proviene del deteriorado Mar Muerto, el cual ha sufrido las políticas comerciales adoptadas por los seres humanos para extraer codiciados minerales, ricos en manganeso y cobre, de sus regiones naturales. En cuanto a los barros de terrenos volcánicos, se ha determinado que los de mejor calidad provienen de Argentina, Italia y Japón. Cualidades Terapéuticas En congestiones de riñones, estómago, hígado, vientre y otros desarreglos en los órganos internos como flatulencias, mal aliento, úlceras, fiebres, las cataplasmas de barro poseen un efecto maravilloso, pues absorben y cicatrizan, descongestionan el interior, activan la circulación sanguínea en la piel y revitalizan el sistema nervioso con las energías magnéticas, eléctricas y solares provenientes de la tierra. En el interior del cuerpo actúa su efecto calorífico: Cuanto más se calienta el barro aplicado sobre la piel, más se extrae hacia fuera el calor interno que se combate. A nivel interno el barro actúa como un agente purificador, eliminando toxinas, sustancias venenosas y agentes perturbadores que pasan al barro. El barro utilizado en tratamientos terapéuticos (y cosméticos) debe ser extraído de lugares apartados de cultivos con cualquier tipo de abono químico y de lugares lejanos a terrenos que funcionan como basureros. Se debe tomar en cuenta que, a pesar de sus múltiples funciones terapéuticas, existen contradicciones en el tratamiento con barro, como es el caso de las personas que sufren de tuberculosis pulmonar, hipertensión, enfermedades del corazón o mujeres embarazadas. Cosméticas Para obtener una piel hermosa y con vitalidad, año tras año, se recomienda untar el barro en todo el cuerpo por lo menos dos veces al mes y dejarlo plasmado por un lapso que puede ser desde media hora hasta una hora. El principal objetivo de este procedimiento es tonificar y ayudar a la reactivación del desarrollo enzimático de la piel y los tejidos. El barro aumentará el contenido de agua de las células, limpiará los poros, erradicará las impurezas y las células muertas, y mineralizará la piel. Independiente de la época en que se lleve a cabo, el tratamiento con barro creará la sensación de frío en el cuerpo, debido a la energía desprendida por todo el organismo. En tratamientos faciales es recomendable aplicar el barro un poco tibio, en forma de máscara y por un lapso de media hora. Los oligoelementos desinfectarán y desintoxicarán las células, y repondrán los minerales necesarios para que la piel logre un desarrollo enzimático más intenso.

Fuente:

La Voz

19 de Octubre de 2007



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