lunes, 14 de abril de 2008

A innovar en el cuidado de piel



Seguir hábilmente los cambios de la piel a medida que pasan los años es el principio para conservarla. Productos y técnicas de última hora.

Dos condiciones deben tener en cuenta todas las mujeres para el cuidado de su piel: el tipo de ésta, que les dice cómo aprestarse para disminuir sus puntos 'flacos', y la edad, que les revela cuál es la escogencia que debe seguir en su rutina diaria de belleza. Ninguna mujer, ninguna, puede soslayar estas dos condiciones si quiere que su piel permanezca lozana, si lo es, o que cobre la vitalidad que merece, si ya presenta problemas. Hacer una aproximación a estas condiciones permite centrarse en objetivos concretos para cuidar la piel. Veamos: Piel grasa Problemas: brillo y grasa en la zona T, acné. Soluciones: Los tratamientos moderados son siempre los más razonables. El acné en una piel joven grasa puede ser tratado con productos a base de peróxido de benzoil, mientras que éstos pueden irritar una piel madura. Por otra parte, hay que elegir el mejor bloqueador a cualquier edad, y las de piel grasosa deben evitar aquellos que contienen químicos como el Paba o ácido paraaminobenzoico, pues pueden producir acné. En su lugar, es aconsejable elegir productos que contengan, por ejemplo, componentes físicos como el óxido de zinc, el dióxido de titanio o el óxido ferroso. Pero si la mayor preocupación son las arrugas, la piel grasa debe exponerse a cremas antiarrugas que contengan a su vez ingredientes antiedad. Los ácidos salicílico y glicólico son en sí mismos ingredientes contra el acné, pero si usted los usa no debe ponerse encima de éstos un humectante que lo que hace es anular el propósito inicial. Con las manchas oscuras hay que tener especial cuidado. Una piel joven puede tolerar fuertes tratamientos antimanchas a base de peróxido de benzoil, pero una piel madura se puede irritar con su uso, y lo que más le conviene es un producto que contenga ácido salicílico. Un consejo adicional: un gel matificante es mejor que los pañitos absorbentes de grasa. Piel seca Problemas: descamación e irritación. Líneas de expresión y arrugas. Soluciones: La primera es evitar los limpiadores muy fuertes e hidratarla en la mayor medida posible. Limpiadores como el Cetaphyl deben complementarse con una buena crema humectante, de alto contenido de lípidos. Asimismo, aquellas que contienen karité (shea butter), petrolatum o silicona tienen la particularidad de que cubren la piel con una capa que impide que el agua se evapore. Los bálsamos de origen natural son muy benéficos para este tipo de piel, al igual que las lociones con humectantes suaves como el ácido hialurónico o la glicerina. Para la descamación es aconsejable la exfoliación al menos una vez a la semana, que hace la piel más permeable a los hidratantes. Piel sensible Problemas: enrojecimiento, piel manchada o erupciones que tienden a exacerbarse con el uso de productos fragantes o exfoliantes fuertes. Soluciones: La primera, no cambiar constantemente de productos para no turbar el estado de una piel que de por sí es delicada y causarle una 'intolerancia cosmética'. Sobreexfoloiar la piel sensible o aplicarse demasiados productos diferentes puede resultar nocivo. Por lógica, el consejo es simplificar al máximo el botiquín de belleza y reconstruir la capa exterior protectora de la piel con cremas que contengan ceramidas o hidratantes suaves. Una regla de oro para estos casos es asegurarse de que los productos usados no contienen ingredientes a los cuales reacciona nuestra piel. Para lograrlo, es bueno familiarizarse con marcas que se especializan justamente en pieles sensibles. En cuanto al bloqueador, las mujeres de piel sensible deben usar aquellos que contienen elementos físicos, no químicos.


Fuente:

Revista Fucsia

14 de Abril de 2008

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