martes, 24 de junio de 2008

Relajación creativa



Eliminar el estrés físico y mental ayuda a controlar hábitos poco saludables como el consumo de alcohol y tabaco o comer con ansiedad

Francisco Galindo/EFE reportajes El Universal Lunes 23 de junio de 2008
Se denomina entrenamiento para la relajación creativa a una técnica que integra una serie de ejercicios escalonados que permiten conseguir un estado óptimo de relax y desarrollar el uso de la imaginación en beneficio propio, lo cual puede ayudar a mejorar el rendimiento en los estudios, en el trabajo, o a controlar los hábitos poco saludables.
Los músculos esqueléticos
Según el doctor Eugenio Herrero Lozano, fundador del Instituto de Estudios Psicosomáticos y Psicoterapia Médica y uno de los principales introductores en España de esta técnica, la relajación creativa inicia con la relajación de los músculos llamados esqueléticos, es decir, aquellos que rodean nuestros huesos y ayudan al movimiento.
Para iniciar la sesión es preciso sentarse en una silla, o sillón, preferentemente provisto de brazos, con la espalda derecha y apoyada en el respaldo. Las piernas flexionadas por las rodillas, las rodillas separadas, los pies en el suelo y nuestros brazos deben apoyarse en los de la silla rozando ligeramente los muslos. Para apoyar la cabeza es recomendable un sillón con el respaldo alto, de lo contrario puede colocar una almohada en la parte superior o bien dejar la cabeza recta en equilibrio, evitando que cuelgue hacia delante o hacia atrás.
Después hay que cerrar los ojos sin apretar los párpados, y tratar de percibir si estamos haciendo en ese momento algún tipo de fuerza inconsciente con algún músculos.
“¡Estoy tranquilo!”
Repetiremos mentalmente la frase “¡estoy tranquilo!” mientras respiramos a ritmo pausado. La palabra “estoy” debe coincidir con la inspiración del aire y “tranquilo” con la expiración. Una vez convencidos de ello debemos dirigir nuestra atención hacia el brazo derecho y mientras lo recorremos con nuestra imaginación decimos: “Mi brazo derecho está blando”. Puede ocurrir una de estas tres cosas: que el brazo empieza a pesar sobre su punto de apoyo, que se sienta como si flotara, o bien como si hubiera dejado de existir.
Esta operación debe repetirse con el otro brazo, piernas, vientre, pecho, espalda, cuello, boca y rostro, de forma espaciada y en días sucesivos. En las distintas fases del proceso conviene “desrelajarse”, o retroceder: se inspira profundamente, se abren los ojos y se extienden y encogen los brazos con energía.
También es necesario sincronizar el ritmo cerebral, una opción es imaginar un espejo en el que nos veremos a nosotros mismos. No debemos vernos gordos, feos, viejos, enfermos o con cara triste; sino esbeltos, bellos, juveniles, sanos y alegres. Hay que saludar a esa imagen ideal y repetir mentalmente varias veces la frase: “¡Estoy mejor!”, recomendación que comenzó a utilizar el doctor Coué, experto en sugestión, con excelentes resultados clínicos y recogida por Herrero Lozano es sus cursos de relajación creativa.
Según el experto, la reiteración mental de esta frase puede mejorar nuestras relaciones laborales, familiares y de pareja.
Por último, y al igual que ocurre en “Alicia en el país de las maravillas”, cuando se ha logrado relajar completamente el cuerpo hay que atravesar el espejo para pasar al otro mundo donde crearemos nuestro propio “paisaje interno”, un ámbito, real o imaginario, que recrearemos a nuestro gusto, aunque es imprescindible que haya vegetación, agua y sol. Tras recorrer el paisaje y recrearnos con sus imágenes relajantes, hay que salir del mismo y mirarse de nuevo en el espejo para volver a repetir: “¡Estoy mejor!” A continuación, “desrelájese” y vuelva a la realidad.


Fuente:

El Universal

24 de Junio de 2008



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