martes, 4 de agosto de 2009

Vida de casado


Un nuevo estudio muestra que las parejas que se separan enfrentan mayores riesgos de salud. La investigación también demuestra que la vida de pareja es indispensable para el bien de los hijos y de la sociedad. Por: Europa Press 04-Agosto-2009

Con frecuencia las noticias desvían nuestra atención hacia lo que sucede cuando el romance se acaba. De hecho, las historias de las separaciones matrimoniales son el pan de cada día, sin embargo, esta realidad genera una pregunta provocativa. Cuando un matrimonio se encuentra navegando en las aguas al fracaso, qué es mejor, ¿rendirse o luchar juntos para tratar de salvar la relación? Según la sociologa Linda Waite, de la Universidad de Chicago, cuando la relación de pareja parece rota, tratar de llegar a un acuerdo es, en la mayoría de los casos, la mejor opción para todos los involucrados.El divorcio, dice Waite, es realmente malo para la salud física y económica de la gente. “De hecho, en todos mis estudios al respecto he encontrado que la gente que sufre una separación marital ya sea por divorcio o por viudez, tiene 70 por ciento más de probabilidades que la gente casada, de tener problemas económicos y de sufrir un problema crónico de salud como enfermedad del corazón, diabetes o cáncer. “Los que viven solos tienen también 25 por ciento más de probabilidades de sufrir limitaciones en su movilidad al llegar a la senectud, lo cual significa que tienen más problemas de invalidez cuando se hagan viejos. “Y de alguna manera, también tienen más problemas con su salud mental que la gente que permaneció casada”, asegura la socióloga Waite.La comprobaciónInvestigadores que compararon a la gente casada con la viuda o divorcionada, encontraron que, en cualquier momento y lugar, el matrimonio confiere un mayor abanico de ventajas económicas y emocionales a las parejas que permanecen unidas.Otra investigación sobre el matrimonio, que le dio seguimiento a 8 mil 652 personas de uno y otro sexo, en edades de 50 a 60 años, encontró que los que estaban en peores condiciones físicas y económicas eran los viudos, divorciados y separados. ¿Significa todo esto que los matrimonios con problemas deberían ser salvados a toda costa? Nadie puede contestar a una pregunta tan amplia como ésta, debido a que el resultado depende en gran medida de las razones específicas que llevan a una relación de pareja a volverse disfuncional. Y de hecho, muchos psicólogos conceden que un matrimonio con un alto grado de violencia física es tan destructivo, especialmente si involucra a los hijos, que el divorcio sería la mejor opción. La adicción a las drogas y al alcohol también pudieran hacer que fuera muy difícil para que una pareja compusiera un matrimonio que se desbarata. Pero más allá de los casos extremos, todos los psicólogos están de acuerdo en que, cualquier cosa que se pueda hacer para ayudar a las parejas a construir un matrimonio fuerte y a evitar el divorcio, sería como ayudarlos a sí mismos y a la sociedad a alejarse de una terrible enfermedad.Valores familiaresEl sociólogo David Popenoe de la Universidad Rutgers, dice que el verdadero problema de la sociedad moderna es que, debido a los divorcios y separaciones, demasiados hombres se están perdiendo la oportunidad de disfrutar de la partenidad y de darle a los hijos ese marco de referencia que necesitan para crecer sanos desde el punto de vista físico y emocional.“Más allá del lamento generalizado de que los niños y las mujeres son las principales víctimas del divorcio, el padre también sufre las consecuencias, pero, sin duca, el principal problema de la separación es la ruptura de la familia”, asegura Popenoe.“Además, la vida familiar ejerce una considerable influencia en la conducta de los hombres, ya que los hace más responsables y menos inclinados al delito y a las adicciones.“Con frecuencia, los hombres casados renuncian a ciertas conductas irresponsables cuando tienen hijos, ya que sienten la necesidad de establecer un buen ejemplo para ellos. “El matrimonio alienta los buenos hábitos de trabajo e incluso es capaz de llevar al sacrificio para cubrir las necesidades materiales de la familia. En otras palabras, sin la presión del matrimonio, muchos hombres simplemente se enfrentarían a una vida fracasada”, señala Popenoe.Algo muy claroLa importancia de los valores familiares es algo que siempre estuvo muy claro para la sociedad de otros tiempos, sin embargo, se disolvió en la obsesión contemporánea de la gratificación, como si el bienestar individual pudiera ser logrado igual de fácil fuera de la familia que dentro de ella. Ahora sabemos que esto no es verdad. De hecho, la demógrafa Linda Waite de la Universidad de Chicago, ha encontrado que las parejas casadas son mucho más exitosas, en todos los sentidos, que las solteras. Según Waite, en 1992 en Estados Unidos las parejas de 50 a 60 años tenían en promedio una riqueza (activos) de 66 mil dólares, casi el doble de lo que tenían los individuos divorciados (34 mil dólares) o los que nunca se habían casado (35 mil dólares).Asimismo, los hijos de padres solteros, tienen el doble de probabilidad de dejar la escuela o la universidad, y de dos a tres veces mayor probabilidad de vivir en condiciones de pobreza, en comparación con los hijos en cuya familia persiste la unión de pareja.Además, los hombres y las mujeres casados son más saludables y viven más que los no casados. Entre los hombres casados, aproximadamente 85 por ciento vivirá, en promedio, hasta los 67 años, mientras que para los solteros la esperanza de vida promedio es de aproximadamente 63. Y para la mujer, la experiencia es similar. De hecho, todos los promedios en cualquier aspecto de la vida, tienden a favorecer al matrimonio.No siempre es fácilPor supuesto, la vida familiar con frecuencia tiene sus escollos. Hay pleitos, gritos, culpas y sobresaltos; televisión, tarea y aburrimiento (“no se qué hacer”), y eso puede generar constantes conflictos tanto para la pareja como para los hijos. En muchos de los hogares los problemas de la familia con frecuencia son “culpa de papá”. Pero la verdad es que un padre que permanece cerca de los suyos siempre le da a sus hijos “algo” que nadie más le puede dar, y aunque no lo parezca, la mayoría de las veces es correspondido.Los beneficios sociales de la paternidad exitosa son ampliamente reconocidos. Entre los jóvenes, aquellos que conservan lazos saludables con sus padres tienen menos matrimonios disfuncionales que aquellos que no tienen una buena relación paterna. Dentro de los matrimonios, los conflictos se multiplican porque en el mundo de hoy todos tenemos mucho qué hacer y muy poco tiempo para hacerlo, y debido a que casi todos hacemos malabares con las demandas de la familia y con los empleos. En otras palabras, hacer que el matrimonio funcione requiere de compromiso y lealtad. Pero el padre, la madre y el matrimonio son indispensables para el bien de los hijos y de la sociedad.


Fuente:

Vanguardia

04/08/09



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