lunes, 13 de julio de 2009

¡Cuida también tu piel!


CARMEN REIJA Tener un buen aspecto y sentirse sano, incluye también a nuestra piel. Ésta necesita cuidados externos (cremas específicas para cada edad, limpieza diaria, exfoliaciones periódicas, etc.) e internos, pues desde hace ya muchos años se reconoce que la higiene y la dieta son imprescindibles para conseguir una piel sana.Alimentarse convenientemente siguiendo pautas adecuadas favorece el mantenimiento de un buen estado general y, con ello, un aspecto saludable que repercute en la percepción de la belleza de la piel. Estas pautas realizadas preventivamente evitan la aparición de problemas dérmicos que, una vez se presentan, resultan más difíciles de controlar y tratar.Curiosamente, uno de los mayores problemas que afectan a nuestra piel es la variación continua del peso corporal, ya que las personas que pasan del sobrepeso a la delgadez tras someterse a dietas feroces, castigan a todo su organismo, pero, sobre todo, a su piel. Lo aconsejable es perder peso de manera paulatina cambiando los malos hábitos y mejorando todos los factores que inciden en ese aumento.Se ha demostrado que los grandes enemigos de la piel son la exposición excesiva a la radiación solar incontrolada y el sometimiento a una dieta hipocalórica inferior a las 1.000 calorías, con abuso de las grasas de origen animal y déficit de vitaminas. ¡No debes realizar ninguna dieta que implique comer por debajo de las 1.200 calorías!Una dieta apropiada para la piel incluye:-Aportar la cantidad de agua suficiente para evitar la deshidratación de la piel, paso previo a su deterioro y envejecimiento. Aunque los alimentos también aportan agua al organismo, debes acostumbrarte a beber para mejorar su funcionamiento. Prueba nuevas infusiones.-Cocinar con pocos condimentos y grasas, de manera sencilla y sin excesos de calor. Evita la cocción excesiva o pasar mucho las cosas en la plancha. Reduce el consumo de alimentos fritos y la comida precocinada.-Basarte en alimentos frescos y de temporada. Ve a la compra con la mente abierta y elige productos de la época para que su calidad y riqueza en nutrientes sean óptimas.-Incluir la dosis adecuada de vitamina C, fundamental para la síntesis de colágeno. Puedes conseguirla consumiendo cítricos, verduras y hortalizas. Evita cocinarlas en exceso porque se pierde la vitamina.-Añadir alimentos ricos en vitamina A, como por ejemplo, los vegetales con color vivo (zanahorias, remolacha, etc.), los lácteos y los huevos.-Comer proteínas de alta calidad, imprescindibles por ser el material plástico fundamental para mantener nuestras estructuras corporales. Debes evitar las dietas vegetarianas estrictas durante periodos largos o aquéllas que reducen la ingesta de proteínas buenas. Come carne, huevos, pescado, legumbres y lácteos.-Evitar el estreñimiento porque almacenarás sustancias tóxicas para el organismo que tendrán un claro reflejo en tu piel. En tu dieta debes incluir fibra (cereales y pan integrales, por ejemplo) y beber agua. Si padeces este problema, no recurras inmediatamente a los laxantes; inténtalo modificando tus hábitos.-Mantener un contenido alto de ácidos grasos esenciales presentes en el germen de trigo, lecitina, semillas de sésamo, etc.-Eliminar el café, el tabaco y el alcohol porque apagan la piel, aportan radicales libres, afectan al colágeno, etc.Cualquier duda o problema que te surja debes consultarlo con un especialista. En algunas ocasiones, es necesario administrar suplementos vitamínicos para mantener el tono de la piel en parámetros adecuados, pero eso sólo puede hacerlo el médico. No debes automedicarte, ni siquiera tomar vitaminas por decisión propia, pues también tienen efectos secundarios. Consulta a tu farmacéutico, siempre asequible en la farmacia y no olvides que? ¡la cara es el espejo del alma!Carmen Reija López Es Licenciada En Farmacia Y Diplomada En Óptica


Fuente:

La Opinión Coruña.es

13/07/09



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