viernes, 12 de junio de 2009

El escote, el protagonista de la temporada


Con la llegada del buen tiempo, el escote recupera el protagonismo que perdió durante meses, camuflado por glamourosos pañuelos y recogidas y abrigadas prendas. Es una zona con pocas glándulas sebáceas, de piel muy fina y con apenas melanocitos, lo que la convierte en el lugar perfecto para acomodarse arrugas trasversales, impurezas, venitas, puntos rojos y blancos.
Problemas estéticos al que se le debe sumar la flacidez, que llega de la mano de los cambios hormonales, las oscilaciones de peso, la radiación ultravioleta, el embarazo y el inevitable transcurso del tiempo.
"La Luz Pulsada Intensa (IPL) y los diferentes tipos de láser se han convertido en una de las herramientas más eficaces para deshacerse de las manchas, las pecas, las rocejes y las venitas del escote", explica la doctora Josefina Royo de la Torre, subdirectora del Instituto Médico Láser, de Madrid.
El pecho, que está protegido por un ligero tejido de piel y suspendido de la base del cuello, requiere cuidados específicos para mantenerlo bonito y en su sitio.
Prevenir su caída implica tonificar los músculos pectorales que se extienden como un abanico desde el final del rostro hasta los senos, su sostén natural.
No se debe esperar a que las manchas, las arrugas o la flacidez se hayan instalado cómodamente en el escote para combatirlas. El Centro Felicidad Carrera aconseja, "además de hidratar muy bien esa zona y de protegerla del sol siempre, someterse, al menos un par de veces al año, a un tratamiento reafirmante con estimulación muscular y radiofrecuencia con el fin de recuperar la elasticidad de los músculos y de la piel".
Bien sujeto
Para mantener el busto erguido no sólo hay centrarse en los pectorales y en el cuello, y los músculos dorsales tienen mucho que decir en esta batalla. Una espalda curva deja caer el pecho. Es imprescindible adoptar una buena postura: espalda recta, hombros hacia atrás y omoplatos apretados.
Con mucho o poco pecho, se debe de llevar siempre sujetador para evitar que la ley de la gravedad actúe sobre él. A la hora de elegir la lencería, lo más importante es acertar con la talla y el modelo apropiado para cada tipo de pecho, una tarea más difícil de lo que parece.
"Ponga atención en el momento de comprarlo y guíese por la comodidad y la seguridad, más que por el diseño. El secreto está en que para determinar la talla de sujetador, se debe de tener en cuenta tanto el contorno del pecho, que vienen marcado por un número (85, 90, 95...), como la profundidad de la copa, determinada por una letra (A, B, C...).
Desestime todos aquellos que suban demasiado el pecho y marquen arrugas en el escote. Un buen sujetador no deja marcas ni los tirantes destrozan los hombros", explica Francesc Puertas, responsable de la firma lencería Belcor Pharma.
En casa y con constancia
Para mantener su tersura, es necesario cuidados diarios desde la juventud más temprana, la adolescencia. Aplicar una loción específica y prolongar las maniobras de hidratación, nutrición y exfoliación del rostro hasta los senos será suficiente para no relegar esta zona en el olvido.
El agua fría es el cosmético más económico y eficaz para cuidar el escote, dado su gran poder tonificante. Un masaje circular alrededor de la areola posee un gran efecto reafirmante.
Si es constante con los siguientes ejercicios y los repite en serie de 20, conseguirá su objetivo: un pecho firme, terso y suave.
- Junte las manos con las puntas de los dedos al nivel de la barbilla y golpee con fuerza las palmas entre sí, procure no separar los dedos.
- Pronuncie 25 veces la letra "X" forzando la sonrisa, con este simple ejercicio tonificará la envoltura cutánea del busto.
- Tumbada boca arriba con las rodillas flexionadas sobre el vientre y los pies cruzados, coja una pesa de un kilo en cada mano, eleve los brazos en ángulo recto y déjelos caer poco a poco hasta dejarlos en forma de cruz.
- Sentada en una silla con la espalda recta, levante el brazo derecho y elévelo lo más que pueda, mientras el izquierdo se quedará caído a lo largo del cuerpo para que actúe a modo de contrapeso. Repita este ejercicio alternado ambos brazos.
- De pie, frente a una pared, tome distancia y apoye la palma de las manos. A continuación, flexione los codos hasta que toque la pared con el pecho. Mantenga las piernas inmóviles y evite doblar las rodillas.
- También resulta muy eficaz trabajar con las gomas o bandas elásticas. Tome una de ellas, estírela sobre el suelo y, justo en la mitad, póngase de pie sobre ella, coja cada extremo con una de sus manos y, con los brazos flexionados, estire de ellos hasta llegar a la altura del pecho y a continuación afloje.


Fuente:

El Espectador

12/06/09



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